Archivos mensualesjulio 2017

¿Es bueno caminar descalzo por la arena?

Con la llegada del verano es más que habitual que hagamos alguna escapada a la playa. Una vez allí disfrutamos bañándonos en el mar, tomando el sol o paseando por la arena. Es este último punto el que nos ocupa el artículo de hoy pues mucha gente da por sentado que es bueno caminar descalzo por la arena pero ¿realmente es beneficioso? Vamos a descubrirlo.

Para empezar debemos diferenciar entre caminar por la orilla del mar o por la arena blanda. Si lo hacemos por esta última, debemos saber que estaremos caminando sobre una superficie inestable, irregular y con alta capacidad de absorción. Esto quiere decir que nuestra musculatura va a tener que hacer un esfuerzo mayor para mantener la estabilidad de nuestro cuerpo al caminar sobre ella, lo cual en algunos casos como en rehabilitaciones o para ayudar al fortalecimiento puede beneficiarnos pero en otros casos puede causarnos daño. Así mismo este tipo de arena tiene una gran capacidad de amortiguación que nos beneficiará para protegernos de los impactos pero esto también nos causa una mayor tensión en la parte trasera de la pierna y en la planta del pie.

¿Y qué ocurre si caminamos por la orilla? En este caso la arena es más compacta y estable, tiene más consistencia y por tanto no va a producirse tensión muscular. Además pasear atravesando las olas del mar nos permite tonificar nuestros músculos y relajarnos.

Hemos de recordar también que la arena es un exfoliante natural y por lo tanto si acostumbramos a caminar descalzos sobre ella a menudo, en poco tiempo conseguiremos tener unos pies más suaves.

Podríamos decir que caminar sobre la arena es un ejercicio recomendable, más si se hace por la orilla aunque como todo, para algunas personas que tengan ciertas lesiones no será tan aconsejable por lo que en esos casos es mejor consultar con un experto.

Así que ya sabéis, salvo excepciones podéis disfrutar de los beneficios de pasear bajo el sol en la playa pero no os olvidéis la protección solar.

Consejos para cuidar los pies en verano

A todos nos encanta el buen tiempo: disfrutamos de más planes al aire libre, suben las temperaturas y ello nos lleva a decir adiós a los zapatos cerrados. Pero esto tiene su parte negativa, y es que dejamos nuestros pies más expuestos a posibles agresiones externas.

Podemos sufrir rozaduras, grietas en los talones, sobrecargas e incluso hongos y por ello es muy importante cuidar de nuestros pies en la época estival.

Es más que recomendable acudir al podólogo para que prepare nuestros pies para esta época. Él se encargará de eliminar las durezas de los talones y de la planta del pie, hacer un tratamiento de hidratación y cortar nuestras uñas de la manera adecuada (en recto, para que no se claven en la piel al crecer).

Una vez hayamos visitado a este profesional podemos seguir una serie de sencillos pasos para hacer un saludable mantenimiento de nuestros pies:

1-Para evitar la aparición de durezas o grietas en los talones es muy eficaz utilizar una piedra pómez o lima durante el baño, frotándola suavemente en aquellas zonas más problemáticas. Podemos realizar esta acción una vez por semana.

2-Las uñas de los pies debemos cortarlas siempre rectas, evitando la forma redondeada porque de lo contrario la piel se puede encarnar.

3-Deberíamos adoptar la costumbre de hidratar los pies a diario con una crema emoliente a base de urea realizando un suave masaje.

Muy importante también en verano es el uso de chanclas en espacios húmedos y calientes como las piscinas o saunas, pues si no las utilizamos corremos el riesgo de contraer hongos o verrugas plantares.

La elección del calzado también es clave en esta época. Las chanclas deben reservarse para los espacios que hemos mencionado anteriormente, no haciendo uso de ellas como calzado normal para caminar ya que son demasiado planas y no sujetan bien el pie lo que podría producir dolor en la planta y el tobillo.

Tampoco deberíamos abusar de bailarinas ni de deportivas. Las primeras pueden producir callos, dado que son muy planas y estrechas lo cual aprieta el pie y las segundas podrían producir la aparición de hongos por sudoración excesiva.

Por lo tanto, lo mejor sería utilizar un calzado que sea flexible, sujete adecuadamente el pie y permita una correcta ventilación.

Si seguimos todas estas pautas estaremos ayudando a la salud de nuestros pies y evitando posibles problemas típicos de la época veraniega. No obstante, ante cualquier lesión que aparezca debemos acudir a un podólogo. Él será quien nos podrá diagnosticar el problema y ofrecernos el mejor tratamiento lo antes posible para que el problema no vaya a más.

Dicho esto, ¡os deseamos un feliz verano!